domingo, 1 de junio de 2014

Historia compartida VI


Hola. Aquí traemos la sexta parte de la Historia Compartida, una iniciativa de cuento colectivo. Para conocer los cinco primeros fragmentos, deben seguir estos links:

Parte I (Moria): http://soymoriapuch.wordpress.com/2014/05/17/historia-compartida-parte-1-por-moria-puch/

Parte II (Lilim): http://astarteh.wordpress.com/2014/05/16/21/

Parte III (Aurora Losa): http://ladesdichadesersalmon.wordpress.com/2014/05/18/historia-compartida-parte-3-por-aurora-losa/

Parte IV (Sebas Cano): http://ladesdichadesersalmon.wordpress.com/2014/05/21/historia-compartida-i-parte-iv-por-sebas-cano-2/

Parte V (Denise): http://primeranaturaleza.blogspot.com.ar/2014/05/historia-compartida-parte-v-por-denise.html

De todos modos, he aquí un breve resumen: La historia trata de dos hermanos, Gino y Gian, que hallan una criatura monstruosa en el bosque, cerca de donde viven. Tras descubrir la naturaleza asesina de ese animal, logran darle muerte... o al menos eso parece.


*****


Historia compartida VI - por Ichabod Kag

Por un segundo, esperaron hallar a la criatura justo detrás de ellos. Sin embargo, al terminar de girarse se toparon con que el monstruo continuaba tal y como lo habían dejado instantes atrás: muerto sobre la hierba.

      — ¿Escuchaste eso? —preguntó Gian y, ante el asentimiento de su hermano, añadió temeroso—: Creí que… esa cosa…


      — ¡No digas tonterías! Está muerto, no puede hacer nada más —la voz de Gino procuraba sonar fuerte y segura, pero su semblante traslucía la misma turbación que Gian expresaba con sus palabras—. Mejor vámonos. Ya sabes que nuestra madre se preocupa si no volvemos antes del anochecer.


      Los hermanos, nerviosos, reemprendieron el camino. Habían avanzado ya un trecho considerable cuando un nuevo ruido de pasos, como los de alguien corriendo, los hizo detenerse y voltear. En esta ocasión tampoco hallaron nada. El bosque estaba aparentemente desierto.


      Sin mediar palabra alguna retomaron su caminata sólo para escuchar metros más adelante el mismo ruido de pisadas y ramas rotas a su espalda. Sin embargo en esta ocasión ninguno se detuvo ni volteó, sino todo lo contrario: echaron a correr tan rápidamente como nunca lo habían hecho en su vida. Gian, incluso, trastabilló con una raíz y estuvo a punto de caer, pero la mano de su hermano lo evitó.


      El cielo comenzaba a teñirse de un ligero tono violeta cuando alcanzaron la puerta de su casa, una pequeña cabaña hecha de madera en medio del descampado. Solo en ese momento Gino se permitió voltear hacia atrás sabiendo de antemano que no iba a encontrar nada anormal.


      — No sé qué pasa —exclamó sin tratar de ocultar más su confusión. Estaba totalmente seguro de haber escuchado que alguien corría tras ellos y, sin embargo, el campo frente a él lucía totalmente solo. No había, además, lugares para esconderse. Si alguien en efecto los seguía, tendrían que haberlo descubierto.


      A todo ello había que sumarle el aterrador hallazgo de la criatura y de los cuerpos mutilados en el bosque. Sin duda algo extraño estaba pasando en torno a ellos y, seguramente, tendría que ver con el monstruo recientemente abatido.


      Se giró para consultar algo con su hermano, pero lo que vio le hizo olvidar la pregunta que ya tenía en la punta en la punta de la lengua: Gian estaba lívido, apoyado en la puerta para no caer. Jalaba aire con notable dificultad y, cada que respiraba, emitía un pequeño ronquido.


      — ¿Estás bien? —le preguntó al tiempo que le ofrecía su propio hombro como punto de apoyo. Es cierto que jamás habían corrido como entonces, y hasta el mismo Gino estaba agotado, pero Gian era un muchacho joven y vigoroso, capaz de aguantar sin problema el extenuante trabajo del campo. Una carrera como esa podría cansarlo, pero jamás lo pondría al borde del infarto.


      Una cosa más para agregar a la lista de sucesos extraños.


      — Estoy bien… solo es cansancio… vayamos adentro —respondió Gian.


      La casa no era más grande por dentro de lo que parecía por fuera. Había una mesa y un pequeño fogón con rescoldos en una esquina. A la derecha se observaba un pequeño almacén desordenado mientras que a la izquierda dos cortinas marcaban la entrada a un par de habitaciones. Una de esas piezas pertenecía a los cuatro hermanos, incluidos Gino y Gian, mientras que la otra estaba destinada a su madre y a su hermana menor.


      Se filtraba muy escasa luz a través de las ennegrecidas ventanas, pero Gino conocía el camino de memoria. Después de anunciar a voces su llegada, se dirigió a la habitación para dejar a Gian sobre un colchón. Su hermano estaba ahora más pálido que antes y respiraba como si se estuviera ahogando. Tenía los ojos cerrados, pero el rictus de dolor de su rostro demostraba todo lo que estaba sufriendo.


      — Quédate aquí. Voy a buscar a mamá y a los chicos —le recomendó a Gian. Éste se limitó a asentir quedamente mientras emitía un leve quejido.


      Gino volvió a la estancia para llamar nuevamente a su familia. Nadie respondió, así que decidió buscar minuciosamente en cada una de las habitaciones, pero su pesquisa no tuvo mucho éxito. Aquello era bastante curioso. Por mucha labor que hubiera en el campo, y desde la muerte de su perro guardián, siempre tenía que haber alguien en la casa.


      Salió por la puerta trasera con una linterna en la mano, directo a los sembradíos. El haz de luz iluminó la oscuridad entre las matas, pero no descubrió nada de importancia. Una vez más llamó a los suyos a gritos, pero la única respuesta provino del silencio.


      Volvió a la casa solo para encontrarse con que Gian ya no estaba sobre el colchón y la puerta principal estaba abierta. Tomó el rifle que había dejado sobre la mesa y salió en pos de su hermano. Lo halló de pie a pocos metros con la cabeza agachada y las manos cubriéndose el rostro. Diríase que estaba sollozando.


      — ¿Estás bien? —le preguntó mientras se acercaba— ¿Ocurre algo?


      Como su hermano no respondió, Gino se acercó un poco más y lo iluminó de lleno con la linterna. Las manos de Gian eran mucho más delgadas y venudas de lo que jamás habían sido, además de estar cubiertas por una especie de pelo fino. Los larguiruchos dedos terminaban en filosas y gruesas garras. Además, en la cabeza de su hermano solo quedaban algunos mechones de pelo.


      Gino sintió un escalofrío que lo hizo detenerse en seco y asir más firmemente su arma. Por un instante pensó en volver a la casa, pero decidió no hacerlo. Aquél seguía siendo su hermano y él no podía darle la espalda


      — ¿Te encuentras bien, Gian? —preguntó por última vez, pero antes de terminar de hablar su hermano bajó las manos, revelando así un rostro cadavérico y alargado de cuyos blanquecinos ojos brotaba la sangre.


      — Ayúdame… hermano… —una voz ronca y gruesa brotó de la boca llena de afilados dientes de Gian—. Por favor… sácalo de mi cabeza. 


*****

Y esto es todo por ahora. Quiens se anime a continuar debe dejar un comentario en esta entrada. Las bases las hallaran en el Foro de Facebook del Grupo.

Espero que alguien se anime a tomar el séptimo relevo.

11 comentarios:

  1. Brutal, me encanta que hayas mantenido la ternura y complicidad entre los dos hermanos a pesar de las circunstancias. Me encanta, ahora a esperar al siguiente.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. esta ya comprometida la 7ma parte? si no pues yo me apunto pero me avisan porfa

    josetorma@gmail.com

    saludos

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  4. La séptima parte le corresponde J. Torma

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  5. bien, bien ... la cosa se va poniendo interesante por fin... que parece que nos daba miedo dar un volantazo!! ;) ... muy buena esta continuación Ichabod!
    habéis avisado a José a la dirección de correo que dejó?

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  6. ale, pues si lo habían avisado ya tiene dos correos xD, que acabo de mandarle uno

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  7. me la voy a rifar como decimos en Mexico!

    Jose Torma

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  8. Parte 7 esta lista.

    El enlace es:

    http://cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com/2014/06/08/historia-compartida-parte-7/#more-141


    Saludos a todos

    José Torma

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  9. Era lo que menos me esperaba, realmente me preocupe mucho por Gian, excelente intriga la de esta parte, muy sentida.

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  10. Hola, espero que publiques pronto de nuevo, te cuento que nominé tu blog para el premio Dardos, te dejo el link por si te interesa: http://primeranaturaleza.blogspot.com.ar/2014/08/primera-naturaleza-recibio-el-premio.html

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